· NO haremos una lista de nuestras buenas acciones, para que el sacerdote nos felicite.
· NO buscaremos justificaciones para excusar nuestros pecados.
· Tampoco diremos los pecados de otras personas.
· NO se trata de “cumplir un trámite” o una formalidad para poder comulgar, sin un verdadero propósito de mejorar en el futuro.
· La confesión NO es tampoco una simple conversación para desahogarnos.